La vida en pequeños terrones, en el día de la Madre
El aroma a tierra mojada, el olor de una naranja recién cortada, incluso, el del pan recién hecho, nos lleva a recordar instantes vividos en algún otro momento, recuerdos que nos hacen viajar a través del tiempo.
Es por eso que mucha gente asegura que después de detectar alguna esencia, viajan al pasado, en el momento justo en que ese aroma se convirtió en un gran momento. También sucede que hay perfumes que nos traen el recuerdo instantáneamente a personas que queremos, vinculando esa memoria con las emociones.
“El perfume es el recuerdo del alma”, dice una frase de Aurore Dupin
El perfume de la lavanda, sin duda es el aroma que más asocio a mi madre y es allí, cuando echo un terroncito de ese sabor en mi té, voy degustando decenas de recuerdos que tienen que ver con ella, sintiendo y saboreando mi tibia bebida de apoco, de a sorbitos, dulcemente… confirmando que el amor de una madre llena todos los sentidos.
Instrucciones para endulzar la vida
“Tener siempre a mano un terroncito de algún sabor especial que nos traiga a la memoria a quien amamos”.
Tomarse el tiempo para saborearlo y disfrutarlo, dejándose llevar por los recuerdos que van colmando el corazón… despacio, de a terroncitos…