«Mientras desayuno y miro los colores del otoño por la ventana, pienso que los buenos momentos vividos funcionan como aquellos pequeños terrones de azúcar que endulzaban de chicos nuestras meriendas después de la escuela…”
Introducir levemente una cucharita en la taza y observar como el terrón colocado en ella va cambiando su color, como el otoño, diluyéndose de a poco… y cambiándolo todo!
La vida puede ser así de mágica. De manera sencilla. Cada día endulzando las cosas con un poco de amor, no mucho, pero sólido, concreto… de a terroncitos…
Lavandas únicas
En mi último post del Blog escribí sobre mi mamá, era mayo/junio y se festejaba el día de la Madre aquí en Uruguay ¿se acuerdan