«Ocurre algo especial cuando en la mesa, en vez de azúcar común hay terroncitos… ¡la sorpresa aumenta si son con diseño!
Comienzo a jugar con las formas y de pronto se produce el encantamiento… me tomo unos instantes para observar cómo el terrón va cambiando su color, diluyéndose lentamente, endulzándolo todo.
Pienso que la vida puede ser así de mágica, de sencilla. Cada día endulzando las cosas con un poco de amor, con sencillez… de a terroncitos.»